¿Sabes reconocer los síntomas más comunes de estrés y ansiedad?

curso de mindfulness

Es muy común hablar del estrés, de situaciones estresantes o de sentir la presión del estrés como un mal síntoma. Y en efecto el estrés es sinónimo de ansiedad y un término que representa a la sociedad moderna del siglo XX y XXI.

Y reconocer los síntomas puede ser bastante sencillo, ya que tanto el trabajo como las situaciones personales complejas o conflictivas, y ambas facetas unidas, desencadenan episodios que nosotros mismos denominamos estrés. Insatisfacción, prisas, presión laboral y familiar, conflictos y litigios, dolencias y malestares físicos, desembocan en estados de ánimo que cualquier persona reconoce porque le alejan de la plenitud y la paz mental. Se genera una espiral donde el individuo ya no sabe qué fue antes, si el dolor que siente físicamente en el estómago, de cabeza o el insomnio fueron antes o después de una mala situación laboral o del miedo a perder el empleo.

Para que esto no pase, lo mejor es apuntarse a un curso de mindfulness y aprender a gestionar el estrés, antes de que surjan problemas más graves.

Según los psicólogos, hay procesos que se inician en el exterior del individuo y éste los adopta como propios cuando han logrado instalarse en su mente y forman parte de los paradigmas que deben aceptar. Eso o pasar por otro estado que, según su paradigma, sería peor que el propio estrés. Y un ejemplo es aceptar condiciones laborales con las que no se está de acuerdo, pero cuestionarlas, quejarse o abandonar podría suponer un despido que sería perjudicial para su economía.

Y esta sujeción genera ansiedad o estrés en la persona, dando lugar a episodios de cambios de humor, tristeza, violencia o agresividad verbal o física.

En estos casos conviene darse cuenta para poder reaccionar, bien parando en seco la escalada, o acudiendo a un especialista que trate el proceso. Pero este podría ser un caso más extremo que los habituales, que son los de presentar apatía, cambios bruscos de humor sin motivo aparente, negatividad o falta de sueño y apetito.

Y aunque el individuo intente volcar esta ansiedad, frustración y estrés en ocio y algunas adicciones no demasiado saludables que antes no tenía, estas serían un indicativo de que se está ante algo que le supera, al menos en el estado más consciente que todos tenemos.

Es fácil que la sociedad actual genere estados de ansiedad en los individuos, ya que los pilares fundamentales se han ido volviendo demasiado frágiles; de ahí la importancia de apuntarse a un curso de mindfulness, como el de Cesi Iberia: http://www.cesi-iberia.com/.

A veces es el factor inseguridad, otras es el miedo, y otras la sobre carga de responsabilidades, pero nunca es algo aislado sino la suma de muchos factores, generalmente externos al individuo, pero que se viven como inherentes a él mismo. Y la mente responde con episodios negativos.

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